En los paisajes de Betania, en la década de los años 60, un rumor se esparcía entre las montañas como el aroma del café recién tostado. Allí, un grupo de valientes caficultores, guiados por un líder excepcional, iniciaba un camino que cambiaría para siempre el destino del café colombiano. Este hombre, conocido como “Patrón”, no solo era un líder, era un visionario cuyo corazón latía al ritmo de los cafetales.

Carlos Enrique Sánchez Arredondo, conocido como “Patrón Sánchez”, era el hijo menor después de cinco hermanas en una familia numerosa; su apodo refleja el cariño y el respeto de su comunidad. Con una determinación inquebrantable y un espíritu emprendedor, asumió riesgos y desafíos para introducir la variedad Café Caturra en las tierras de Betania, lo que marcaría un hito en la historia del café colombiano y allanaría el camino hacia la modernización e industrialización de la agricultura cafetera en el país. “Patrón Sánchez” fue el símbolo de la revolución cafetera en Betania.

Hoy, cada taza de Café Patrón es mucho más que una bebida; es un tributo al legado de un hombre cuya visión y coraje dejaron una huella imborrable en la historia del café colombiano. Con cada sorbo, celebramos la pasión y el compromiso que nos unen a nuestra tierra y a la rica tradición cafetera que Patrón Sánchez ayudó a inmortalizar.